El Kárst está plagado de cuevas y túneles creados para el paso de las vagonetas de la mina. También se pueden realizar en la zona actividades de escalada y senderismo. Cuando nos internamos un poco más nos encontramos en un pasillo de paredes prácticamente verticales. Aquí se suceden túneles y tajos que comunican unas cuencas con otras, dando forma a una maraña de caminos. Hay rutas especiales para la práctica del Bicicross y el sendero está totalmente delimitado, con áreas de descanso para disfrutar del paisaje. Este sendero es conocido como El Rebollar y es de complejidad media. Siguiendo el camino encontramos alcornoques y rebollos centenarios, estos rebollos o robles negros están muy asociados a la tierra, siendo símbolos de vida y protección en la cultura celta.
OLIMPIADAS ESCOLARES
Hace 5 años
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