Comenzamos nuestro recorrido cuesta arriba hasta el complejo kárstico, la extracción del mineral dejó al descubierto un impresionante conjunto de agujas, recovecos y escondites, fruto del modelado erosivo que durante millones de años ha sufrido la piedra por el efecto de las lluvias y las heladas, si miramos al suelo podemos observar como brilla, esto es, debido a los pequeños cristales de oligisto repartidos por todo el camino.
El Kárst está plagado de cuevas y túneles creados para el paso de las vagonetas de la mina. También se pueden realizar en la zona actividades de escalada y senderismo. Cuando nos internamos un poco más nos encontramos en un pasillo de paredes prácticamente verticales. Aquí se suceden túneles y tajos que comunican unas cuencas con otras, dando forma a una maraña de caminos. Hay rutas especiales para la práctica del Bicicross y el sendero está totalmente delimitado, con áreas de descanso para disfrutar del paisaje. Este sendero es conocido como El Rebollar y es de complejidad media. Siguiendo el camino encontramos alcornoques y rebollos centenarios, estos rebollos o robles negros están muy asociados a la tierra, siendo símbolos de vida y protección en la cultura celta.
El Kárst está plagado de cuevas y túneles creados para el paso de las vagonetas de la mina. También se pueden realizar en la zona actividades de escalada y senderismo. Cuando nos internamos un poco más nos encontramos en un pasillo de paredes prácticamente verticales. Aquí se suceden túneles y tajos que comunican unas cuencas con otras, dando forma a una maraña de caminos. Hay rutas especiales para la práctica del Bicicross y el sendero está totalmente delimitado, con áreas de descanso para disfrutar del paisaje. Este sendero es conocido como El Rebollar y es de complejidad media. Siguiendo el camino encontramos alcornoques y rebollos centenarios, estos rebollos o robles negros están muy asociados a la tierra, siendo símbolos de vida y protección en la cultura celta.
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