"¡Árboles!
¿Habéis sido flechas caídas del azul?
¿Qué terribles guerreros os lanzaron?
¿Han sido las estrellas?
Vuestra música viene
del alma de los pájaros,
de los ojos de Dios,
de la pasión perfecta.
¡Árboles!
¿Conocerán vuestras raices toscas
mi corazón en Tierra?
(Federico García Lorca)
¿Habéis sido flechas caídas del azul?
¿Qué terribles guerreros os lanzaron?
¿Han sido las estrellas?
Vuestra música viene
del alma de los pájaros,
de los ojos de Dios,
de la pasión perfecta.
¡Árboles!
¿Conocerán vuestras raices toscas
mi corazón en Tierra?
(Federico García Lorca)
¿Quién no ha sentido la necesidad de apoyar la espalda contra la corteza de un grueso y viejo árbol?, parece como si la pesada carga que en muchas ocasiones debemos soportar se aliviara, parece como si el árbol nos cantara una nana silenciosa, pero llena de amabilidad y paz. Sus ramas se mecen con el viento susurrando palabras que nos reconfortan.Los árboles que son el sustento de la tierra, nos ofrecen tantas cosas que a veces ni si quiera nos damos cuenta de ello. Con su madera, el hombre mantuvo el fuego encendido para darse calor en las frías noches de invierno y cocinar los alimentos, sus frutos llenan nuestro vacío estómago dándonos energía para vivir, su copa ofrece sombra durante el día y protege por la noche.En nuestros días aún seguimos sirviéndonos de ellos, nos son tan necesarios como antes, a pesar de que el fuego para cocinar lo trae la electricidad o el gas. Los árboles son parte de nuestra existencia, nuestra vida está unida a ellos y sin ellos de nada serviría seguir.
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