lunes, 13 de julio de 2009

SIN RUMBO FIJO


Pensamos aprovechar estos días para hacer una incursión en las tierras de los pueblos blancos de Cádiz ( aunque fuera verano y aún temiendo que nos diera una insolación), para descubrir su amplio abanico de parajes y disfrutar con sus gentes del entorno, la cultura y la gastronomía. Gracias a “La Ruta de los Pueblos Blancos” recorrimos el interior de la provincia, nos adentramos en la Sierra de Grazalema, y nos perdimos entre las estrechas callejuelas empedradas de estos pueblos llenos de luz y de color.
Nuestro recorrido lo comenzamos en Arcos de la Frontera, situado sobre una peña y con las características de los pueblos andaluces: estrechas callejuelas empedradas, patios andaluces y fachadas blancas.¡ Imprescindible visitar su casco Antiguo!. A los pies del pueblo nos topamos con el río Guadalete, que rodea completamente el pueblo.
A continuación nos dirigimos a El Bosque , la entrada al Parque Natural de Grazalema, el mismo pueblo se encuentra en las faldas del monte Albarracín. El río Majaceite transcurre por el pueblo, y precisamente en los alrededores del pueblo nos perdimos entre las maravillosas cascadas y arroyos que forma el río. Nuestro próximo pueblo fué Ubrique, famoso por la piel y el cuero. Posteriormente, visitamos el pueblo más pequeño, pero también el más alto, de la provincia de Cádiz, Villaluenga del Rosario, donde hay más de 60 cuevas para explorar. El próximo pueblo fué Grazalema, en plena sierra, tomando la dirección a Zahara de la Sierra. Grazalema, en pleno corazón de la sierra del mismo nombre declarada reserva de la biosfera por la Unesco. El pueblo, uno de los más hermosos de la ruta de los pueblos blancos, esta en una ladera de la sierra del Pinar y constan hechos significativos de haber estado habitado desde la prehistoria. En Zahara de la Sierra pudimos disfrutar de unas magnificas vistas a toda la sierra gracias a sus miradores y como en otros pueblos, encontramos la torre de fortaleza medieval. El penúltimo pueblo de nuestro recorrido fue Olivera, una fortificación árabe muy bien conservada, denominado la puerta de los pueblos blancos. Nuestra ruta concluyó en Setenil de las Bodegas, insertado en las rocas. lindando ya con Málaga y a tan solo 20 kilómetros de Ronda.

2 comentarios:

juan antonio dijo...

Maria seguro que te lo abras pasado bomba,,k xula la foto esa de la roca cubriendo las casas`impresionanate´´
bamos eso a tenido k ser una experiensia inolvidable,bueno m tengo k ir adios y bss ahh aver si vienes por feria y te invito a rebujito ejejejej

María Villanueva dijo...

Sí, fue una experiencia inolvidable, algo distinto, con mis amigas y mi tomtom recorriendo pueblos cada uno con sus paisajes hermosos, con sus costumbres ,
con sus vinos y si tenías calor sus piscinas municipales o sus arroyos. Hay muchas cosas que se pueden hacer en vacaciones, a parte de estar todos los días en una playa masificada de gente y con la arena pegá. Ah! si puedo me paso por la feria.bsssss